Artículo de Revisión
Evolución de los cuidados de las heridas quirúrgicas inguinales cerradas tras cirugía de endoprótesis o bypass arterial: una revisión narrativa
Patricia Carrasco Rodríguez1,
Jaime Muñoz Castellanos1, Eugenia Barrio Martín2, Jesús
De Cabo Calvo1, Francisco José Granado Sánchez1, Araceli Jiménez
Martínez1, Silvia Sanguino García1.
1Enfermera/o
Unidad de Cirugía Vascular. Hospital Universitario Ramón y Cajal. Madrid.
España.
2Supervisora
Unidad de Cirugía Vascular. Hospital Universitario Ramón y Cajal. Madrid.
España.
Correspondencia
Patricia
Carrasco Rodríguez.
Correo
electrónico: pcarrasco2005@gmail.com
(Recibido:
15/10/2018. Aceptado: 27/11/2018)
RESUMEN
Las heridas quirúrgicas inguinales cerradas cobran especial
importancia debido a su particular tendencia a la infección tras cirugías de
bypass y endoprótesis arteriales. Las complicaciones postoperatorias se
acentúan sobre todo en personas con dificultades para la eliminación y/o con
diferentes comorbilidades. La terapia de presión negativa es una de las
alternativas de reciente consideración para la prevención de la infección de
las heridas quirúrgicas vasculares de origen inguinal. Nos propusimos realizar
una revisión de la evidencia existente acerca del uso de la terapia de presión
negativa en la prevención de las infecciones de las incisiones quirúrgicas
inguinales durante el postoperatorio de ciru-gía vascular. Las bases
bibliográficas utilizadas fueron Medline, Cinhal y Embase. Se obtuvieron ocho
artículos, de los cuales tres se dedican exclusivamente al abordaje inguinal. Existen
escasos estudios experimentales y de calidad que se dediquen específicamente a
evaluar la eficacia de la terapia de presión negativa en la prevención de las
infecciones en heridas quirúrgicas inguinales frente a otros tipos de curas.
PALABRAS CLAVE
Ingle; Terapia de heridas por
presión negativa; Procedimientos quirúrgicos vasculares; Infecciones de heridas
quirúrgicas
SUMMARY
Closed inguinal surgical wounds are especially important due to their
particular tendency to infection after bypass and arterial stent surgeries. The
postoperative complications are accentuated especially in people with
difficulties with elimination and / or with different commodities. Negative
pressure therapy is one of the alternatives recently considered for the
prevention of infection of vascular surgical wounds of inguinal origin.
We proposed to review the existing evidence about the use of negative
pressure therapy in the prevention of infections of the inguinal surgical
incisions during the postoperative period of vascular surgery. The
bibliographic bases used were Medline, Cinhal and Embase. Eight articles were
obtained, three of which are dedicated exclusively to the inguinal approach.
There are few experimental and quality studies specifically dedicated to
evaluating the efficacy of negative pressure therapy in the prevention of
infections in inguinal surgical wounds versus other types of cures.
KEYWORDS
Groin;
Negative-pressure wound therapy; Vascular surgical procedures; Surgical wound
infections
La
terapia de presión negativa (TPN) es una alternativa de reciente incorporación
para el tratamiento de las heridas inguinales cerradas tras cirugía vascular
con la finalidad de prevenir infecciones postquirúrgicas. Pocos organismos
contemplan en sus guías esta nueva perspectiva preventiva, sin embargo, la OMS
(Organización Mundial de la Salud) en sus indicaciones para la prevención de la
infección del sitio quirúrgico (5), recomienda el uso de la TPN para la
prevención de infecciones en las heridas quirúrgicas de alto riesgo en pacientes
adultos a pesar de su baja evidencia.
Los
profesionales de enfermería nos encontramos con el reto de prevenir las
complicaciones postquirúrgicas de las incisiones inguinales, por lo que es importante
planificar los cuidados en base a la mejor evidencia disponible. Además, el
retraso en la cicatrización de los accesos quirúrgicos inguinales repercute
negativamente en el aspecto laboral y psicosocial de las personas que lo sufren
y, por añadidura, en el sistema sanitario público, encareciendo el gasto en
recursos materiales y humanos (6).
En
los últimos años ha habido un importante proceso evolutivo, no solo en cuanto
al tratamiento, sino también en cuanto a la prevención de las complicaciones de
las heridas quirúrgicas en que la zona de abordaje había sido una o ambas ingles.
En este proceso la enfermería es una pieza clave en la prevención de las
complicaciones quirúrgicas. El propósito de este estudio fue realizar una
revisión de la literatura publicada acerca del uso de la TPN en la prevención
de las infecciones de las incisiones quirúrgicas inguinales durante el
postoperatorio de cirugía vascular.
|
Tabla 1: Estrategias de búsqueda y artículos obtenidos. |
Se
realizó una búsqueda bibliográfica y posterior revisión narrativa de estudios
publicados sobre el uso de TPN en heridas inguinales cerradas tras procedimiento
quirúrgico vascular (endoprótesis y bypass arterial) en los últimos 6 años
(2012-2018), seleccionando úni-camente estudios con metodología experimental,
re-visiones sistemáticas y metaanálisis. En el caso de las revisiones
sistemáticas y los metaanálisis, se incluyeron estudios que, aunque no
estuvieran exclusivamente centrados en las heridas inguinales, incluyesen en su
universo muestral estudios sobre heridas inguinales.
Desarrollo y discusión
La mayor parte de los trabajos encontrados estaban
centrados en la evaluación de la eficacia de la TPN en relación a otros tipos
de curas convencionales realizadas con diferentes tipos de apósitos. Se
encontraron escasos estudios centrados de forma exclusiva en heridas quirúrgicas
inguinales cerradas de origen vascular. Finalmente se obtuvieron ocho
artículos: cuatro eran ensayos clínicos aleatorizados, de los cuales tres se
dedicaban exclusivamente al abordaje inguinal; uno era una revisión sistemática,
y tres eran metaanálisis (Tabla 2).
Masden
et al. (6) publican un ensayo clínico
aleatorizado sobre el riesgo de infección en diversos tipos de incisiones
quirúrgicas de riesgo (incluida la localización inguinal, entre otras), y
concluyen que no hay diferencias significativas en cuanto al desarrollo de infecciones
en personas con diferentes comorbilidades al comparar la TPN con apósitos de
silicona y plata. Los autores atribuyen este resultado a la baja difusión de la
TPN por aquellos años y a un tamaño muestral insuficiente.
Esto se ha realizado así, debido a la ausencia de revisiones
sistemáticas y metaanálisis que contengan únicamente revisiones sobre la
prevención de la infección de heridas inguinales cerradas y para comprender si
realmente los autores que los realizan consideran la singularidad de la
localización inguinal en relación a otras localizaciones quirúrgicas. Se
excluyeron los estudios que no cumpliesen los requisitos previos de inclusión,
que no estuviesen en
Tabla 2: Descripción de los estudios resultantes
del proceso de búsqueda. |
|
Ingargiola et al.
(7) realizan una revisión sistemática en 2013 en la que no pueden concluir que
el uso de la TPN en heridas cerradas de diferentes localizaciones anatómicas
reduzca la tasa de infección y dehiscencia, debido a la variabilidad
metodológica de los estudios incluidos y a las diferentes comorbilidades y
riesgos de las poblaciones incluidas. Convienen que harían falta más estudios
para dilucidar si la TPN ofrece una eficacia significativamente superior en la
prevención de la infección postquirúrgica de la incisión inguinal frente a las
otras terapias convencionales.
Hylding et al. (8)
realizan un metaanálisis incluyendo únicamente ensayos clínicos controlados que
evalúan la eficacia de la TPN frente a los apósitos habituales en diferentes
localizaciones anatómicas, incluyendo la ingle. Llegan a la conclusión de que
la TPN parece eficaz en la prevención de la infección y la formación de seroma,
pero que sus resultado no son generalizables debido a la heterogeneidad de los
estudios: hay gran variabilidad en las intervenciones que se comparan (aparatos
de vacío utilizados con distintos tipos de materiales y presiones aplicadas),
en los tipos de incisiones y en las comorbilidades de las poblaciones que
componen el universo de los estudios.
Semsarzadeh et al.
(9) llevan a cabo un metaanálisis en el que llegan a la conclusión de que la
TPN reduce la probabilidad de infección, dehiscencia y linforrea en heridas
quirúrgicas cerradas en comparación con otros tipos de curas. Entre los
estudios incluidos, tres de ellos se dedican exclusivamente a heridas cerradas
inguinales. Los autores consideran que el efecto de la terapia de vacío en
heridas inguinales es más importante que en heridas con otras localizaciones, y
consideran que las incisiones localizadas en las ingles deben ser estudiadas
por separado. También resaltan las diferentes comorbilidades de las personas
que componen las muestras de los trabajos estudiados, lo cual es considerado
como un tipo de sesgo por los autores.
En
2017, Strugala y Martin (10) realizan un nuevo metaanálisis con la intención de
que los estudios incluidos en la revisión comparasen exclusivamente la TPN PICO
® (Smith & Nephew) con la utilización de apósitos en varios tipos de
localizaciones anatómicas, entre las que se incluye la ingle. Los autores concluyen
que esta terapia aporta muchas ventajas relativas a la disminución de la
infección, la dehiscencia y los días de permanencia en el hospital, pero ellos
mismos reconocen que, a pesar de haber querido reducir la heterogeneidad de las
intervenciones seleccionando estudios que evalúan exclusivamente la TPN de esa
casa comercial, existe variabilidad en las localizaciones anatómicas de las
incisiones, en las comorbilidades de la población seleccionada y en la orientación
metodológica de los estudios comprendidos.
Engelhardt
et al. (11) publican en 2018 un
ensayo aleatorizado en el que se compara la eficacia de la TPN frente a un
apósito absorbente en la prevención de la infección en heridas quirúrgicas
inguinales. Según los autores, se trata del primer estudio que estudia exclusivamente
una muestra de personas sometidas a ciru-gía de reconstrucción arterial.
Además, los grupos intervención y control son más o menos homogéneos, pero los
autores no pueden confirmar estadísticamente si la TPN previene la infección de
la incisión quirúrgica inguinal cerrada, aunque aprecian una ligera tendencia a
favor de la misma. Esto lo atribuyen a una muestra insuficiente y consideran
que hacen falta más estudios exclusivos.
En
el mismo año, Gombert et al. (12)
realizan un estudio similar y de las mismas características metodológicas. En
este caso, la diferencia con el estudio previo estriba en que la muestra es
mayor, aunque los grupos intervención y control se caracterizan por carecer de
homogeneidad en un aspecto determinado: el análisis desvela que en el grupo de
intervención (el de la TPN) las tasas de infección de la herida quirúrgica se
ven disminuidas, y los autores lo relacionan con la baja predisposición a la
infección de las personas de este grupo, según la clasificación de Szilagyi,
con respecto al grupo control en el que el riesgo de infección era inicialmente
más elevado. Otro aspecto destacado en cuanto a limitaciones del ensayo se
centra en la falta de cegamiento que, aunque difícil, según estos autores sería
necesaria para reducir sesgos.
Pleger
et al. (13) concluyen en otro ensayo
aleatorizado y controlado que la TPN es más eficaz que un apósito convencional
en la reducción de las complicaciones en las heridas quirúrgicas inguinales
vasculares, reduciéndose su efectividad a partir del séptimo día de su uso. Se
trata de un ensayo en el que los grupos intervención y control son homogéneos y
muy similares en número. También destacan al final del estudio que el tipo de
terapia utilizada (Prevena Therapy ®) debería ser comparada con PICO ® por ser
diferente el mecanismo de gestión del exudado y la presión negativa que ejerce
cada una.
Se
ha podido apreciar que una de las tendencias actuales en el uso de TPN se
encuentra en el campo de la prevención de infecciones de heridas quirúrgicas
inguinales en el postoperatorio inmediato de intervenciones vasculares.
Como
resultado de la búsqueda bibliográfica realizada se hallaron estudios
longitudinales (14) y observacionales retrospectivos (15, 16) y prospectivos
(17, 18), pero escasos estudios experimentales y de calidad. Esto podría
deberse al hecho de que esta indicación preventiva de la TPN sea una
perspectiva relativamente reciente.
En
cuanto a la baja evidencia sobre la eficacia de la TPN en heridas quirúrgicas
inguinales cerradas, debemos decir que no ha variado mucho en el tiempo. Una
revisión Cochrane de 2008 (19) sugería ya los beneficios de la misma en heridas
crónicas, pero sin recomendar su uso por la necesidad de más estudios. Ocurrió
lo mismo en el caso de las curas en heridas por primera intención (20) y
segunda intención (21). Sin embargo, otra revisión Cochrane de 2013 (22), reconocía
cierta evidencia en la eficacia del uso de la TPN en heridas de pie diabético.
Siguiendo la estela de este último estudio, una tendencia homogeneizadora en
cuanto a comorbilidades y otros aspectos en la elección de la muestra
participante sería beneficiosa para la producción de estudios de mayor calidad
que aporten evidencia al respecto. Esto coincide con la perspectiva de varios
de los autores aquí analizados, que apuntan a los distintos tipos de
comorbilidades de los sujetos que componen las muestras seleccionadas como
responsables de los sesgos de los estudios.
También
hay que tener en cuenta que, a menudo, las marcas comerciales empleadas, los
procedimientos de cura y/o los componentes utilizados en los grupos control son
diferentes en cada estudio. Por otra parte, en la práctica diaria a veces es preciso
conciliar el uso de TPN con otros tipos de terapias, debido, por ejemplo, a la
existencia de colonias de microorganismos: existen antisépticos como la
polihexanida que pueden ser utilizados en la prevención de la infección de
localización quirúrgica solos o al mismo tiempo que la TPN en pacientes con
SARM en cultivos previos (23). Todos los factores mencionados podrían dificultar
o impedir que se obtengan conclusiones firmes en los estudios existentes.
La
limitación principal de este estudio radica en el bajo nivel de evidencia
inherente a toda revisión narrativa. Además, los resultados obtenidos han sido
muy escasos y poco determinantes.
Sería
conveniente que la comunidad científica se hiciese eco de las demandas de la
OMS, que pide que se lleven a cabo más estudios sobre la eficacia de la TPN en
la prevención de la infección del sitio quirúrgico y que ayuden a determinar
sobre qué grupos de pacientes esta intervención sería más coste-efectiva. Desde
otra perspectiva, se necesitan estudios que determinen si la disminución del
tiempo de ingreso podría ser atribuible al uso de la TPN, que aclaren qué otros
recursos concretos se verían optimizados y que valoren la satisfacción de los
pacientes así como otros aspectos psicoemocionales.
El
análisis de todos estos factores podría ser de gran ayuda a la hora de elegir
el tratamiento preventivo de las infecciones de las heridas quirúrgicas de
localización inguinal de la manera más coste-efectiva posible.
Conclusiones
Una de las tendencias actuales en la prevención de infecciones de
las incisiones quirúrgicas inguinales cerradas es el uso de TPN, pero hay escasos
estudios experimentales de calidad que se dediquen específicamente a evaluar su
eficacia frente a otros tipos de curas.
Por lo tanto, para poder hacer recomendaciones sobre su uso sería
necesario realizar más estudios de calidad. Sería necesario que esos estudios
mantuviesen la máxima homogeneidad posible tanto en los criterios de selección
de las muestras como en las intervenciones a comparar, y que analizasen tanto
la costo-eficiencia de los materiales empleados como la satisfacción de los
pacientes o cualquier otro factor que pueda ser de ayuda en la toma de
decisiones.
Conflicto de intereses: Ninguno.
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