Artículo Especial
Sistemas de medición de heridas
M. Ángeles Blasco Vera1,
Lorena Aunés García2, Paula Blanes Ortí3, Irene Ramos
Romero4, Ana Hernández Sanfelix5
1Enfermera.
Unidad de Curas del Servicio de Angiología y Cirugía Vascular. Hospital
Universitario y Politécnico La Fe. Valencia España.
2Enfermera.
Unidad de Oncohematología. Hospital Universitario y Politécnico La Fe. Valencia.
España.
3Cirujana
Vascular. Servicio de Angiología y Cirugía Vascular. Hospital Universitario y
Politécnico La Fe. Valencia. España.
4Médico
Residente Cirugía Vascular. Servicio de Angiología y Cirugía Vascular. Hospital
Universitario y Politécnico La Fe. Valencia. España.
5Enfermera.
Laboratorio Vascular. Servicio de Angiología y Cirugía Vascular. Hospital
Universitario y Politécnico La Fe. Valencia. España.
Correspondencia
M.
Ángeles. Blasco Vera
Correo
electrónico: blasco_manver@gva.es
Recibido:
15/04/2019
Aceptado:
18/05/2019
RESUMEN
Una herida crónica constituye un importante problema asistencial
que disminuye la calidad de vida de los pacientes y que también afecta al
sistema de salud, por su elevado coste económico y por la dedicación de tiempo
de los profesionales sanitarios. La medición de las úlceras es parte importante
de su evaluación y representa una herramienta para desarrollar un plan de
manejo y predecir el tiempo de cicatrización, dado que la reducción de la
superficie de la herida es un buen indicador de cicatrización y eficacia de la
terapia empleada.
Existen multitud de sistemas para medir las úlceras: simples
(lineales), de dos dimensiones (área de la superficie) o de tres dimensiones
(volumen de la herida). Sin embargo, aún no hay consenso claro sobre cuál es el
mejor método, que sea rápido, práctico, barato y sencillo en la práctica
habitual, ya que resulta difícil medir las úlceras debido a su estructura
dinámica tridimensional, en la que el área, el volumen y la forma, incluyendo
la curvatura natural del cuerpo humano deben ser tenidas en consideración.
PALABRAS CLAVE
Heridas y lesiones; Cicatrización de heridas;
Sistemas de medición.
SUMMARY
A chronic wound is an important healthcare problem that decreases the
quality of life of patients and also affects the health system, due to its high
economic cost and the dedication of time by health professionals. The
measurement of ulcers is an important part of their evaluation and represents a
tool to develop a management plan and predict the healing time, since the reduction
of the wound surface is a good indicator of healing and effectiveness of the
therapy used. There are many systems to measure ulcers: simple (linear),
two-dimensional (area of the surface) or three-dimensional (volume of the
wound). However, there is still no clear consensus on which is the best method,
which is quick, practical, cheap and simple in the usual practice since it is
difficult to measure ulcers due to its three-dimensional dynamic structure, in
which area, volume and the shape, including the natural curvature of the human
body must be taken into consideration.
KEY WORDS
Mirror therapy; Amputees; Phantom limb.
Histológicamente, está compuesta por varias capas; la epidermis es la capa más externa y se compone de un número variable de estratos de queratinocitos en diferentes estadios de diferenciación. El tejido subyacente, la dermis, se divide en dos capas; la primera es la dermis papilar, que está justo por debajo de la epidermis y en íntimo contacto con ella. Los anexos cutáneos (folículos pilosos, glándulas sebáceas, glándulas sudoríparas) junto con las terminaciones sensitivas se encuentran inmersos en el espesor dérmico. Finalmente, la hipodermis o tejido celular subcutaneo es la parte más profunda, rica en adipocitos (1).
Entendemos por cicatrización de una herida aquel proceso biológico
que tiene como finalidad restablecer la continuidad del manto dermoepidérmico y
mucoso, con la finalidad, de aislar el medio interno del exterior recuperando
de esta manera su función, consistente en actuar a modo de barrera, impidiendo
el paso de gérmenes y de determinadas sustancias desde el inte-rior al exterior
y viceversa.
En un proceso de cicatrización normal se diferencian las fases de
inflamación, proliferación y remodelación; en cambio, en las heridas crónicas,
el proceso de cicatrización se realiza por segunda intención, prolongándose la
fase de inflamación dejando que la cicatrización evolucione en sus fases correspondientes
desde semanas a meses e incluso años, hasta su cierre espontáneo (2).
Se considera herida crónica a una pérdida de sustancia que afecta
a la epidermis, la dermis y, en ocasiones, a planos más profundos, que no cura
en el tiempo esperado, presentando una escasa tendencia a la cicatrización (3).
Cualquier herida que no ha presentado una reducción de su
extensión del 20-40% tras entre dos y cuatro semanas de tratamiento óptimo,
debe etiquetarse como herida crónica (4). Existe consenso en considerar que una
herida es crónica si no alcanza una curación completa en seis semanas o si no
existe respuesta adecuada a un cambio de tratamiento (5).
Este tipo de herida constituye un importante problema asistencial
que afecta al paciente, disminuyendo su calidad de vida, y que tiene serias repercusiones
sobre el sistema de salud, por su elevado coste económico y por la dedicación
de tiempo de los profesionales sanitarios. Se estiman unos costes en el tratamiento
de una úlcera del miembro inferior entre el 1.5% y el 3% del presupuesto total
de los Sistemas Nacionales de Salud en la Unión Europea, con una estancia media
hospitalaria de 44 a 49 días (6).
Para un correcto abordaje de las heridas crónicas se deben
determinar y registrar aspectos generales del paciente y aspectos locales de la
herida, como su etiología, antigüedad, localización, estadio en el que se
encuentra, dimensiones, presencia de tunelizaciones, estado de la piel
perilesional, cantidad y tipo de exudado, tipo de tejidos presentes en su lecho,
signos de infección, etc. Tras la valoración, se deben planificar los cuidados
que precisa el paciente, incluyendo el tipo de cura y su periodicidad,
asegurando así la continuidad asistencial.
Una estimación precisa de las dimensiones de una herida puede servir para predecir las probabilidades de cicatrización y para valorar la eficacia del tratamiento aplicado (7). Precisión es sinónimo de fiabilidad; por lo tanto, un buen método de medida, además de preciso debería ser exacto. Existen multitud de sistemas y aparatos para medir las úlceras. Los más nuevos están basados en dispositivos inteligentes o procesadores de imágenes 3D (8).
Sistemas de dos dimensiones
1. Medición con regla
graduada
Es el método más sencillo para calcular la superficie de las
heridas. Consiste en determinar la longitud y anchura mayores de la herida
mediante una regla para, posteriormente, calcular su superficie aproximada
multiplicando ambas medidas (Fig. 1).
Fig.
1: Medición con regla graduada.
Aunque es uno de los métodos más usados por su simplicidad y
efectividad, posee ciertas limitaciones. Por ejemplo, no tiene en cuenta que la
determinación puede ser inexacta si la forma de la herida es irregular. Algunos
estudios sugieren que este sistema sobrevalora la superficie de las heridas
entre un 10 y un 40% (9).
Para minimizar este error se han desarrollado diferentes métodos
como el de Kundin y cols. (10), que determina las dimensiones de la herida mediante
la siguiente fórmula:
Superficie
(cm2) = Largo (cm) x Ancho (cm) x 0,78
Existen otros modelos como el elíptico, basado en la asunción de
que las heridas, por naturaleza, tienden a ser esféricas o elípticas, y por
tanto su superficie puede ser calculada multiplicando π (π= 3,14) por el mayor
y el menor radio de la herida (11).
2. Planimetría con acetato
transparente
El trazado por contacto o trazado en láminas de acetato consiste
en rotular el perímetro de la herida sobre un acetato o film transparente
cuadriculado que se coloca sobre la herida (Fig. 2). La superficie de film se
delimita con un rotulador, y el área de la herida se determina contabilizando
el número de cuadros que contiene. Para que la medición sea más exacta se puede
utilizar un papel milimetrado y un programa de ordenador que incluya software
de ploteo gráfico (11).
Fig.
2: Medición con acetato transparente.
3. Planimetría digital a
partir de fotografías.
Es una técnica más aséptica (no es necesario el contacto con la
herida) en la cual, mediante una cámara fotográfica, se obtienen imágenes de
las úlceras. Una vez obtenida la fotografía, la medición se realiza mediante
aplicaciones y programas informáticos que permiten obtener datos fiables de superficie
y perímetro de la herida. Esta técnica, además de calcular la superficie de las
heridas, permite visualizar su profundidad (aunque no la mide) y valorar el
tipo de tejidos presentes en el lecho de la herida (Fig. 3).
Fig.
3: Sistema de análisis de tejidos.
Por el contrario, tiene varias desventajas que limitan su
efectividad: en primer lugar, es difícil conseguir que el ángulo de inclinación
de la foto sea siempre el mismo, lo cual puede afectar a la precisión de la medición
fotográfica. Se ha demostrado que alterar el ángulo de la fotografía puede
disminuir hasta en un 90% la medida obtenida. Tampoco se puede garantizar que
la distancia entre la herida y la cámara sea la misma en todas las fotografías
tomadas. Para solucionarlo, algunos programas proporcionan una marca circular
que se coloca al lado de la herida como referencia. (Fig. 4).
Algunos softwares y aplicaciones de planimetría de heridas
disponibles en el mercado son:
Fig.
4: Planimetría digital con marca circular.
- Helcos®. Sistema integrado tipo web al que se puede acceder desde
cualquier dispositivo. Para utilizar este sistema hay que registrarse en la página
web http://helcos.net//. Su uso es gratuito para los pacientes y freemium (el
sistema básico es gratuito, pero hay que pagar para utilizar funciones
avanzadas) para los profesionales. Con un dispositivo móvil se obtiene una fotografía
de la lesión y, si se desea, para que el sistema realice el cálculo automático
del área, se puede utilizar como referencia una moneda o un disco propio (hay
que indicar el diámetro) (Fig. 4). Después se dibuja sobre la imagen el
contorno de la lesión y se rellena creando
una máscara. El sistema analiza la imagen y ofrece la superficie de la herida
junto con el porcentaje de cada tipo de tejido presente en el lecho, que en la
imagen se pueden ver en diferentes colores: rojo el tejido de granulación,
amarillo el fibrinoso y negro el tejido necrótico. Además, con este programa se
pueden realizar las modificaciones oportunas si no se han analizado
correctamente los tejidos, y el sistema utilizará estas modificaciones para
futuros análisis. Por otro lado, se pueden consultar sugerencias de tratamiento
de la herida y calcular un índice (mediante la escala RESVECH 2.0) que permite
medir la evolución hacia la cicatrización de las heridas crónicas (12).
- Pictzar CDM Y Pictzar PRO®. Son
softwares que se utilizan para realizar mediciones sobre fotografías digitales
sin tener que conocer la distancia entre la lente de la cámara y el sujeto. Es
necesario disponer una regla al lado de la herida. Por lo demás, son similares
a HELCOS®, pero no existe versión en español.
http://www.pictzar.com/PictZar.htm
- Wound Matrix®. No es una aplicación, se trata de un software de telemedicina
destinado a empresas y entidades que, entre muchas otras funcionalidades,
permite medir la superficie de las heridas. No hay versión en español.
http://www.woundmatrix.com/
- WoundWiseIQ®. Solo compatible con iPhone/ iPad®. No hay versión
en español.
https://woundwiseiq.com/technology-woundwise-iq/
Sistemas de tres dimensiones
Las úlceras son estructuras tridimensiones; es decir, tienen
superficie pero también tienen profundidad. Por lo tanto, la valoración del
volumen constituye otra variable que permite valorar la progresión del proceso
de cicatrización. La mayoría de los métodos de medición actuales no tienen en
cuenta esta medida debido a que son métodos bidimensionales. De todas formas,
es una técnica reservada para los estudios clínicos, no se recomienda realizar
el estudio del volumen de las úlceras de forma sistemática en la práctica
clínica habitual. (6)
Existen diversos métodos para su cálculo:
1. Sistemas manuales
La forma más sencilla de determinar el volumen de una herida es
multiplicando sus tres dimensiones:
Volumen
(cm3) = Largo (cm) x Ancho (cm) x
Profundo
(cm)
Otra forma sencilla es rellenar el lecho con solución salina y
medir los mililitros que se han introducido, pero habitualmente no se
recomienda hacerlo por el riesgo de infección que conlleva.
Para localizar y evaluar zonas anfractuosas, túneles y trayectos
fistulosos se puede utilizar un hisopo con el que se sondea el lecho de la
herida (Fig. 5). La localización se documenta considerando el cuerpo del paciente
como un reloj, en donde la cabeza representa las 12 horas. La profundidad se
obtiene midiendo con el hisopo la parte de mayor profundidad, desde el fondo
hasta el borde de la herida. Así, por ejemplo, se reportan bordes anfractuosos
de 3h a 6h de 7 cm, o un túnel a las 9h de 2 cm.
Fig.
5: Medición de zonas anfractuosas con hisopos.
La profundidad de las tunelizaciones también se puede medir con
dos hisopos dispuestos en forma paralela, de tal manera que uno quede de manera
horizontal sobre el cuerpo y el otro se inserte bajo los bordes de la herida.
Cuando el hisopo interno llega al punto más profundo de la herida, se marca un
punto sobre la piel con la punta del hisopo externo. Posteriormente se mide la
distancia entre el punto marcado y el borde de la herida (11).
La anfractuosidad de la herida implica la existencia de un área
mayor que la superficie visible, por lo que algunos autores sugieren trazar una
figura que una los puntos de los bordes socavados en toda la periferia, y
posteriormente medir el largo y el ancho del trazado obtenido. Aunque no es un
método validado, ha demostrado ser sumamente práctico; su debilidad consiste en
que en ocasiones hay túneles muy irregulares o tan profundos que no se consigue
llegar hasta el fondo con el hisopo (11).
2. Sistemas digitales 3D
La estereofotogrametría es un método de determinación tridimensional
remota en el que la visión estereoscópica normal se sustituye por la
visualización de dos fotografías tomadas simultáneamente desde distintas
posiciones de la cámara para reconstruir una imagen tridimensional que permite
determinar la superficie y el volumen de la herida. Se ha demostrado que esta
técnica constituye un método de medición del volumen y del área preciso, valido
y fiable, pero es también costoso, prolongado y requiere experiencia y
especialización.
Una alternativa gratuita al uso de la estereofotogrametría es un
programa de los Nacional Institutes of Health (NIH) de Estados Unidos conocido
como ImageJ® (https://rsbweb.nih.gov/ij/), el cual se instala en cualquier
ordenador, requiere un mínimo de entrenamiento y está validado. Sólo requiere
de una fotografía de la úlcera tomada perpendicularmente al plano de la misma,
y dentro de la misma foto (idealmente lo más cercana al borde) una regla graduada
en milímetros (11).
Otras opciones disponibles son:
- Burncase®. Es un software para PC capaz de generar modelos 3D analizando
las lesiones producidas por quemaduras. Se puede descargar de forma gratuita
una versión de prueba desde la página https://burncase.at/
- Silhouette®. Es un sistema de valoración e información sobre
cuidados de heridas. Incluye una cámara de luz estructurada y un software (solo
compatible con iPhone e iPad®) que construye un modelo 3D de la herida. Este
tipo de laser captura imágenes y realiza mediciones del área, volumen,
profundidad y perímetro. Disponible en la página https://www.aranzmedical.com/
Recomendaciones para la práctica
clínica
La determinación de la superficie con regla (mayor distancia
vertical por mayor distancia perpendicular) es igual de fiable que otros
métodos más complejos para medir úlceras de forma regular y no muy grandes
(hasta 10 cm2). Sin embargo, para úlceras mayores, este método
estima superficies superiores a las reales. Por tanto, en úlceras mayores a 10
cm2 debería usarse bien el método de la plantilla de acetato o los sistemas de
fotografía con planimetría digital si se dispone del dispositivo y software
adecuados (13).
En una revisión sistemática (11) se evaluó la evidencia de la
literatura sobre la exactitud, el acuerdo, la fiabilidad y la viabilidad de las
técnicas de medición de heridas descritas desde 1994. Los seis enfoques para
medir el área de la herida fueron método simple regla, modelos matemáticos, planimetría
manual, planime-tría digital, estereofotogrametría y el método de imagen
digital. La planimetría digital fue considerada como el método más preciso y
fiable, sobre todo en lesiones de gran tamaño y/o forma irregular. Ninguna de
las tecnologías tridimensionales ha tenido hasta ahora gran impacto, debido a
su baja precisión, alto costo y complejidad en el manejo de la configuración
del sistema.
Bibliografía
1. Marcos Garcés V.,
Ruiz Saurí A. Cambios en la cicatrización de heridas durante el envejecimiento
cutáneo. Heridas y cicatrización. 2014; 17 (4): 7-13.
2. Lorenzo Hernández
MP, Hernández Cano RM, Soria Suárez MI. Heridas crónicas atendidas en un servicio
de urgencias. Enf Global [Internet]. 2014; 13 (3):23-0. Disponible en:
http://revistas.um.es/eglobal/article/view/172891
3. Izadi
K, Ganchi P. Chronic wounds. Clin Plast Surg. 2005; 32 (2):209-22.
4. Leaper
DJ, Durani P. Topical antimicrobial therapy of chronic wounds healing by
secondary intention using iodine products. Int Wound J. 2008; 5:361-8.
5. Schreml
S, Szeimies RM, Prantl L, Landthaler M, Babilas P. Wound healing in the 21st
century. J Am Acad Dermatol. 2010; 63:866-81.