Artículo Original
Seguridad y grado de aceptación de
un calcetín protector cutáneo en pacientes con dermatoporosis y/o cambios
cutáneos por insuficiencia venosa crónica
Lorena Recarte Marín1,
Elena Conde Montero1, Alicia Peral Vázquez1, Laura Pérez
Jerónimo1, María Paz Villar Espantoso1
1Centro de
especialidades Vicente Soldevilla. Hospital Universitario Infanta Leonor
Correspondencia
Lorena
Recarte Marín
Correo
electrónico: lorenarecarte@gmail.com
Recibido:
19/11/2019
Aceptado:
16/12/2019
RESUMEN
El objetivo de este estudio fue analizar la
seguridad y tolerancia de un calcetín protector cutáneo confeccionado con
tecnología Regenactiv® en pacientes con dermatoporosis y/o cambios cutáneos por
insuficiencia venosa crónica.
Se realizó un estudio prospectivo en la
consulta de heridas del Centro de Especialidades Periféricas Vicente Soldevilla
entre noviembre y diciembre de 2018. Se incluyeron todos los pacientes que
acudieron a la consulta de heridas que presentaban dermatoporosis en la piel de
la pierna y/o alteraciones dérmicas por insuficiencia venosa crónica.
El 89% (n=18) de los pacientes no presentaron eventos adversos, un
único paciente (5%) presentó un evento adverso en forma de erosión. Otro
paciente (5%) no pudo emplear el calcetín porque no se adaptaba al perímetro de
su pierna.
Un 48% (n=10) de los pacientes puntuaron la comodidad del calcetín
con un 9 o10, un 38% (n=8) entre un 7 y un 8, y sólo un 5% con un 6 sobre 10 en
la escala Likert. El paciente que no pudo utilizar el calcetín de manera
continuada, no valoró este ítem. El 90% (n=18) de los pacientes no manifestaron
dolor durante el tiempo de utilización del calcetín. Un 10% (n=2) de los
pacientes alcanzaron un nivel de dolor de 3-4 en la escala de EVA.
El uso de un calcetín protector confeccionado con tecnología
textil Regenactiv® por parte de pacientes con dermatoporosis y/o afectación
cutánea secundaria a insuficiencia venosa crónica produce escasos efectos
adversos y es bien tolerado. Además, puede ser empleado bajo dispositivos de
compresión terapéutica.
PALABRAS CLAVE
Dermatoporosis; Envejecimiento de la piel ;
Insuficiencia venosa; Prevención secundaria; Lesiones.
SUMMARY
The objective of this study was to analyze the safety and tolerance of a
cutaneous protective sock made with Regenactiv® technology in patients with
dermatoporosis and / or skin changes due to chronic venous insufficiency.
A prospective study was carried out in the wound consultation of the
Vicente Soldevilla Peripheral Specialties Center between November and December
2018. All patients who attended the consultation of wounds that presented
dermatoporosis on the skin of the leg and / or dermal alterations were included
for chronic venous insufficiency.
89% (n = 18) of the patients did not present adverse events, a single
patient (5%) presented an adverse event in the form of erosion. Another patient
(5%) could not use the sock because it did not fit the perimeter of his leg.
48% (n = 10) of the patients rated the comfort of the sock with 9 or 10,
38% (n = 8) between 7 and 8, and only 5% with 6 out of 10 on the Likert scale .
The patient who could not use the sock continuously did not value this item.
90% (n = 18) of the patients showed no pain during the time of use of the sock.
10% (n = 2) of the patients reached a pain level of 3-4 on the EVA scale.
The use of a protective sock made with Regenactiv® textile technology by
patients with dermatoporosis and / or skin involvement secondary to chronic
venous insufficiency produces few adverse effects and is well tolerated. In
addition, it can be used under therapeutic compression devices.
KEY WORDS
dermatoporosis, Skin aging, venous insufficiency,
secondary prevention, injuries
Introducción
La dermatoporosis y la insuficiencia venosa crónica son dos
situaciones que podemos encontrar a diario en una consulta dedicada a pacientes
con heridas en miembros inferiorires.
En el año 2007 los doctores Kaya y Saurat (1) propusieron el
término dermatoporosis para incluir las diferentes manifestaciones y complicaciones
de la insuficiencia cutánea crónica (también llamada síndrome de fragilidad
cutánea) inherentes al proceso fisiológico del envejecimiento, por lo que se
trata de un problema cada vez más frecuente (Fig. 1). La edad avanzada es el
principal factor de riesgo para desarrollar dermatoporosis. Los factores de
riesgo secundarios incluyen daño actínico crónico, susceptibilidad genética y
uso a largo plazo de corticosteroides tópicos y sistémicos. Un estudio determinó
que la insuficiencia renal crónica aumentó cinco veces el riesgo de
dermatoporosis, independientemente de la edad. El daño solar, el tratamiento
con corticoides tópicos o sistémicos y el tratamiento anticoagulante son factores
exacerbantes de la insuficiencia cutánea crónica.
Fig. 1. Dermatoporosis.
Las primeras manifestaciones clínicas aparecen a la edad de 60
años, pero los signos de enfermedad completamente desarrollados son evidentes
entre las personas de entre 70 y 90 años; afecta a 1 de cada 3 personas (2). La
prevalencia de la dermatoporosis no está muy definida hoy en día. Un estudio
francés estima su prevalencia en un 37,5% de las personas mayores de 65 años
(3). Otro estudio estima que la prevalencia de dermatoporosis en los Estados
Unidos aumente en la población de más 65 años pasando de un 13.1% en 2010 a un
de 20.9% en 2050 (4). Dado que la presentación clínica de esta patología es
variable, Kaya y Saurat han establecido una clasificación clínica que consta de
4 estadios que se solapan (5):
– Estadio I: adelgazamiento
de la dermis y epidermis (atrofia cutánea), púrpura senil (rotura vascular por
fragilidad de la pared), pseudocicatrices estrelladas (pérdida y degeneración
de colágeno y fibras elásticas).
– Estadio II: a lo anterior
se añaden laceraciones secundarias a traumatismos menores.
– Estadio III: las
laceraciones son más extensas y recalcitrantes
– Estadio IV: desarrollo de
un hematoma profundo disecante en el espacio virtual existe entre el tejido
celular subcutáneo y la fascia muscular, que puede producir isquemia y necrosis
cutánea suprayacente.
La Dermatoporosis, o Insuficiencia Crónica de la Piel no es una
enfermedad grave o de especial relevancia por su implicación para la salud en
parámetros de riesgo vital, sin embargo si es una patología tremendamente incómoda
para los pacientes, poniéndoles en riesgo de numerosos procesos y con
posibilidad de afectar directamente a su calidad de vida( 6). .A la hora de
tratar heridas en pacientes con este problema, es muy importante prevenir la
aparición de nuevas heridas y, por lo tanto, se debe asegurar una adecuada
protección cutánea mediante el uso de productos atraumáticos. Para preservar la
piel perilesional, al lavar las heridas de estos pacientes deben evitarse
maniobras de arrastre, y hay que evitar el contacto directo de la piel con
vendas de algodón laminado, ya que muchas veces la epidermis está aparentemente
preservada, pero en realidad presenta micro-erosiones a las que se pueden
adherir estas fibras y, con su retirada, producirse más daño (5).
El término insuficiencia venosa crónica incluye los estadios más
avanzados de la enfermedad venosa crónica, con alteraciones cutáneas como
eccema o lipodermatoesclerosis que pueden promover la aparición de heridas y
repercuten en la calidad de vida de quienes la padecen. Esta condición presenta
una alta prevalencia (7) y, al igual que en el caso de la dermatoporosis, estos
pacientes presentan una piel frágil que necesita protección frente a agresiones
externas como las que pueden originar los materiales empleados para ejercer
compresión terapéutica (8).
La implementación de protocolos de cuidado de la piel utilizando
limpiadores e hidratantes suaves junto con la educación del personal y el uso
de medidas protectoras en pacientes de alto riesgo, han demostrado una disminución
en el número de lesiones (9). En este contexto de necesidad de productos y
tejidos atraumáticos, recomendar el uso de un calcetín protector podría ser una
estrategia útil, porque se evitaría el contacto de la piel con el vendaje o
media de compresión, y se prevendría la aparición de lesiones por pequeños
traumatismos.
Actualmente existe en el mercado un calcetín que ha sido diseñado
para no comprometer el retorno venoso y producir el mínimo nivel posible de
rozaduras y puntos de presión. Está confeccionado sin costuras, con un material
elástico y suave al tacto (tecnología textil Regenactiv®) compuesto de
diferentes tipos de hilados mezclados entre sí, predominantemente viscosa con
quitina y poliamida con plata(10), lo que le
Fig. 2.
Cuestionario ad-hoc. Elaboración
propia. |
confiere
propiedades antimicrobianas y hemostáticas, una alta transpirabilidad y una
capacidad absorbente 50 veces mayor que las prendas convencionales de algodón.
El calcetín es reutilizable, y todas estas propiedades se mantienen
inalterables tras más de 135 lavados (11).
Esta prenda está indicada para pie diabético y otras afecciones de
los pies, pero no hay estudios sobre su uso en pacientes con dermatoporosis y/o
insuficiencia venosa crónica. Por ello, el objetivo de este estudio fue
analizar la seguridad y tolerancia de un calcetín protector cutáneo confeccionado
con tecnología Regenactiv® en pacientes con dermatoporosis y/o cambios cutáneos
por insuficiencia venosa crónica.
Método
Se llevó a cabo un estudio prospectivo. La captación de pacientes
se realizó en la consulta de heridas del Centro de Especialidades Periféricas
(CEP) Vicente Soldevilla de Madrid durante los meses de noviembre y diciembre
de 2018.
En el estudio se incluyeron todos los pacientes que acudieron a la
consulta de heridas que presentaban dermatoporosis en la piel de la pierna y/o
alteraciones dérmicas por insuficiencia venosa crónica.
Los participantes fueron informados de forma verbal y por escrito,
mediante una hoja informativa en la que se reflejaban las características del
estudio. La firma del consentimiento informado fue requisito imprescindible
para la participación, de acuerdo con la normativa vigente.
Los criterios de inclusión fueron: presentar dermatoporosis y/o
insuficiencia venosa crónica, ser mayor de 18 años y otorgar su consentimiento
para participar en el estudio tras haber leído y comprendido la información
facilitada. Se incluyeron tanto pacientes con heridas activas como pacientes
con heridas ya epitelizadas.
La intervención realizada fue recomendar la utilización de un
calcetín protector, confeccionado con tecnología textil Regenactiv® durante 12
semanas de forma ininterrumpida desde el momento de la inclusión en el estudio.
El calcetín acelera el proceso de recuperación de lesiones en la piel al
mantenerla aséptica, previene y evita la irritación térmica. Además la prenda
mantiene sus características durante más de 135 lavados (11).
Para valorar la tolerancia de los pacientes a este dispositivo se
midió el grado de comodidad experimentado durante su uso, y para ello se diseñó
un cuestionario ad hoc. (Fig. 2)
Para determinar la seguridad se registraron los efectos adversos
surgidos durante el tratamiento. Los efectos adversos que se midieron fueron la
aparición o no de: púrpura no palpable, púrpura palpable, vesícula, ampolla,
erosión, eccema, hematoma u otros.
A los pacientes se les pasó el cuestionario sobre la aceptación al
final del estudio (a las 12 semanas de seguimiento), y el investigador registró
los eventos adversos durante todo el seguimiento. No se realizó ninguna intervención
diferente a la práctica clínica habitual.
Los pacientes mantuvieron su seguimiento habitual, sin modificar
la frecuencia de las visitas ni la introducción de ninguna otra intervención
diferente a la práctica habitual, y se empleó el registro fotográfico habitual
de la consulta.
Se realizó un análisis estadístico descriptivo de la muestra
obtenida, usando media, desviación estándar, mínimo y máximo para variables cuantitativas.
Las variables cualitativas fueron descritas en número absoluto y porcentaje.
Resultados
En el estudio se incluyeron 20 pacientes, 11
hombres (58%) y 9 mujeres (42%), con una media de edad de 68 años y una
desviación típica (DE) +/-12,9 años. El 47% de los pacientes (n=10) presentaba
signos de insuficiencia venosa crónica (Fig. 3); el 37 % (n=7) presentaba
dermatoporosis estadío I o estadío II, y el 16% (n=3) de los pacientes
presentaba ambas patologías.
Fig. 3. Insuficiencia venosa
crónica.
Utilizaron el calcetín debajo de la media de compresión
terapéutica 14 pacientes (74%), de compresión tipo velcro 4 pacientes (21%) y 2
bajo vendaje (5%)
El 89% (n=18) de los pacientes no presentaron eventos adversos
durante el periodo de estudio. Un paciente (5%) presentó un evento adverso en forma
de erosión. Otro paciente (5%) no pudo emplear el calcetín porque no se
adaptaba al perímetro de su pierna.
Fig. 4. Uso del calcetín MUVU,
debajo de la media de compresión.
Un 48% (n=10) de los pacientes puntuaron la comodidad del calcetín
con un 9 o 10, un 38% (n=8) entre un 7 y un 8, y sólo un 5% con un 6 sobre 10
en la escala Likert. El paciente que no pudo utilizar el calcetín de manera
continuada, no valoró este ítem.
El 90% (n=18) de los pacientes no manifestaron dolor durante el
tiempo de utilización del calcetín. Un 10% (n=2) de los pacientes alcanzaron un
nivel de dolor de 3-4 en la escala de EVA.
Discusión
La dermatoporosis es una condición clínica emergente causada por
el envejecimiento cronológico de la piel, la exposición al sol a largo plazo y
el uso crónico de corticosteroides; sin embargo, la expresión genómica en la
dermatoporosis y la eficacia de diferentes enfoques terapéuticos para prevenir
y tratar la dermatoporosis no se han investigado hasta ahora, de ahí la
importancia de incluir nuevos enfoque para el tratamiento de esta patología
(12). El calcetín protector ha sido muy bien tolerado por todos los pacientes
que lo utilizaron durante el estudio. Incluso el único paciente que presentó un
efecto adverso, puntuó la comodidad de la prenda con un 6 sobre 10.
Como limitación del calcetín, hemos detectado que puede no ser
apto para pacientes cuyas piernas tengan una importante diferencia de
perímetros entre el tobillo y el gemelo. Esto, seguramente, se podría subsanar
si existiese la posibilidad de confeccionar la prenda a medida.
Teniendo en cuenta la alta prevalencia de dermatoporosis y de
insuficiencia venosa crónica, es fundamental seguir investigando y
desarrollando tejidos protectores y que faciliten la reepetilización en caso de
pérdida de integridad cutánea.
A través del concepto de dermatoporosis, la
fragilidad de la piel de los ancianos se ha destacado como un síndrome clínico
único, y se deben realizar más investigaciones para abordar su prevención y
reducir sus secuelas. Actuando de manera preventiva estaremos retrasando la
aparición de la dermatoporosis y de los problemas derivados de ella, además de
contribuir a mejorar la calidad de vida de nuestros pacientes (4).
Este estudio ha sido realizado con una muestra pequeña de
pacientes, sería conveniente realizar estudios adicionales que confirmen estos
resultados.
En la literatura encontramos numerosos estudios que incluyen
diversos enfoques terapeúticos para el tratamiento de la dermatoporosis, lo
pone de manifiesto la actualidad del tema y en interés científico del mismo
(12-15).
Conclusión
El
uso de un calcetín protector confeccionado con tecnología textil Regenactiv®
por parte de pacientes con dermatoporosis y/o afectación cutánea secundaria a
insuficiencia venosa crónica produce escasos efectos adversos y es bien
tolerado. Además, puede ser empleado bajo dispositivos de compresión terapéutica.
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